Media Contact:

Claire Hermann, Earthworks, chermann@earthworksaction.org
Miriam Shaftoe, MiningWatch Canada, miriam@miningwatch.ca

Announcement marks the culmination of court-mandated consultation process over future of Pan American Silver’s controversial silver mine

Disponible en español a continuación

GUATEMALA CITY—Today the Xinka Parliament released the long-awaited decision on the Escobal Silver Mine after a thorough review of the projected environmental, cultural and social impacts of reopening the mine, and amidst harassment and threats against Xinka leadership. The Xinka People denied consent for the Escobal mine and underscored the failure of the Guatemalan government to guarantee their rights to a healthy environment, water, language, identity, culture and territory. 

“The State has discriminated against us, criminalized us, repressed us and even denied our existence in order to carry out the mining project. If this project continues, we would practically be condemned to disappear as a people,” said Marta Muñoz, spokesperson for the Xinka Parliament.

The announcement signals the conclusion of a formal consultation process ordered by the Constitutional Court of Guatemala in 2018. Under the terms of that ruling, the Guatemalan government is obliged to seek the free, prior and informed consent (FPIC) of the Xinka People to reopen the mine. By withholding that consent, the Xinka are demanding that the Escobal mine be permanently closed.

Their decision comes on the heels of the latest round of persecution at the national level of Indigenous leaders by a judicial system long plagued by corruption, a reminder of the absence of institutional guardrails to address any abuses at the mine or guarantee protections for the Xinka. In October 2024, the former President of the Xinka Parliament and his family were forced to flee Guatemala due to persistent threats.

Independent analyses carried out as part of the consultation process revealed long-standing institutional weaknesses that render environmental authorities unable and potentially unwilling to analyze, monitor and mitigate impacts, and protect communities and the environment. Of the 22.6 million tons of material projected to be extracted from the Escobal mine, only a small percent is commercially viable. More than 96 percent would remain as waste rock on Xinka territory.  

“Pan American Silver should respect the Xinka People’s decision,” said Ellen Moore, Earthworks Interim Mining Program Co-Director. “For Xinka communities living near the mine, the costs outweigh the potential benefits.”

Guatemalan authorities initially approved the Escobal mine despite broad community opposition and then sent in the military. After the mine went into operation in 2014, many residents were forcibly displaced from the nearby community of La Cuchilla after damage to their homes, church and road that they attribute to vibrations from the mine, which independent experts agree are likely related. The company and the Guatemalan government deny any connection between this damage and the mine. In mid-2017, communities organized two ongoing 24-hour roadside camps to stop all mine traffic, after which the court ordered the mine suspended for discrimination and lack of prior consultation. 

Despite company assurances that the mine waste, or tailings deposit, could withstand a strong seismic event, experts believe the tailings facility presents significant risk of collapse from an earthquake and/or saturation from heavy rains. If the stack collapses at full size, it would cover an area of 108 hectares downstream with toxic tailings 0.5 to 4.5 meters deep. Experts predict direct and grave damage to Escobal Creek, the Dorado River and other streams, as well as indirect harm to the San Rafael River and its tributaries, as well as the total loss of homes, crops, water sources and other infrastructure. 

“The Canadian-owned Escobal mine was brought into operation through violence against the Xinka, who faced harassment, threats and persecution from the start,” says Viviana Herrera, Latin America Program Coordinator for MiningWatch Canada. “Still, the Xinka made every effort to engage in good faith in this historic seven-year consultation to carefully consider all impacts of the mine. Their decision to oppose this project must be respected and their safety guaranteed as they continue exerting their Indigenous rights to self-determination.” 

Read an overview of the independent technical analysis of the impacts of the Escobal silver mine and Guatemala’s obligation to respect Xinka self-determination, or read the full summary. Pan American Silver’s response to the full summary can be found here.


El Pueblo Xinka dice “no” a la mina Escobal
Con este anuncio culmina el proceso de consulta ordenada por la corte sobre el futuro de la controvertida mina de plata de Pan American Silver.

CIUDAD DE GUATEMALA-El Parlamento Xinka dio a conocer hoy la esperada decisión sobre la mina de plata Escobal, después de una revisión exhaustiva de los impactos ambientales, culturales y sociales proyectados en el caso de la reapertura de la mina, y en medio de hostigamiento y amenazas contra los líderes Xinka. El Pueblo Xinka negó su consentimiento para la mina Escobal y subrayó el fracaso del gobierno guatemalteco para garantizar sus derechos a un medio ambiente sano, al agua, a la lengua, a la identidad, a la cultura y al territorio. 

“El Estado nos ha discriminado, criminalizado, reprimido e incluso negado nuestra existencia para poder llevar a cabo el proyecto minero. Si este proyecto continúa, estaríamos prácticamente condenados a desaparecer como pueblo”, declaró Marta Muñoz, vocera del Parlamento Xinka. 

El anuncio señala la conclusión de un proceso de consulta ordenado por la Corte Constitucional de Guatemala en 2018. En virtud de esa sentencia, el Gobierno guatemalteco está obligado a solicitar el consentimiento previa, libre  e informado (CPLI) del Pueblo Xinka para reabrir la mina. Al negar ese consentimiento, los Xinka exigen el cierre definitivo de la mina Escobal.

Su decisión se produce poco después de la última ronda de persecución a nivel nacional de líderes indígenas por parte de un sistema judicial plagado de corrupción desde hace mucho tiempo, un recordatorio de la ausencia de barandillas institucionales para abordar cualquier abuso en la mina o garantizar la protección de los Xinka. En octubre de 2024, el ex presidente del Parlamento Xinka y su familia huyeron de Guatemala debido a las persistentes amenazas.

Análisis independientes realizados como parte del proceso de consulta revelaron debilidades institucionales de larga data que hacen que las autoridades ambientales no puedan y potencialmente no tengan la voluntad para analizar, monitorear y mitigar los impactos, y proteger a las comunidades y el medio ambiente. De los 22,6 millones de toneladas de material que se prevé extraer de la mina Escobal, sólo un pequeño porcentaje es comercialmente viable. Más del 96% quedaría como desechos tóxicos en territorio Xinka. 

“Pan American Silver debería respetar la decisión del Pueblo Xinka”, ha declarado Ellen Moore, co-directora interina del Programa de Minería de Earthworks. “Para las comunidades Xinka que viven cerca de la mina, los costes superan los posibles beneficios”.

Las autoridades guatemaltecas aprobaron inicialmente la mina Escobal a pesar de la amplia oposición de la comunidad y luego enviaron al ejército. Después de que la mina entrará en operación en 2014, muchos residentes fueron desplazados a la fuerza de la comunidad cercana de La Cuchilla tras sufrir daños en sus casas, la iglesia y su camino principal, daños que atribuyen a las vibraciones de la mina, y que según expertos independientes probablemente estén relacionadas. La empresa y el gobierno guatemalteco niegan cualquier relación entre estos daños y la mina. A mediados de 2017, las comunidades organizaron dos campamentos permanentes de 24 horas al lado de la carretera para detener todo el tráfico de la mina, tras lo cual el tribunal ordenó la suspensión de la mina por discriminación y falta de consulta previa. 

A pesar de las garantías de la empresa de que los relaves de la mina, o depósito de colas, podrían resistir un fuerte sismo, los expertos creen que la instalación de colas presenta un riesgo significativo de colapso por un terremoto y/o saturación por fuertes lluvias. Si la pila de relaves se derrumbara en toda su extensión, cubriría un área de 108 hectáreas río abajo con relaves tóxicos de 0,5 a 4,5 metros de profundidad. Los expertos predicen daños directos y graves en el arroyo Escobal, el río Dorado y otros arroyos, así como daños indirectos en el río San Rafael y sus afluentes, además de la pérdida total de viviendas, cultivos, fuentes de agua y otras infraestructuras. 

“La mina canadiense Escobal entró en operación cometiendo actos de violencia en contra el pueblo Xinka, sufriendo acoso, amenazas y persecución desde el principio”, afirma Viviana Herrera, coordinadora del programa para América Latina de MiningWatch Canadá. “Aun así, el pueblo Xinka hizo todo lo posible para participar de buena fe en este histórico proceso de consulta de siete años para examinar cuidadosamente todos los impactos de la mina. Su decisión de oponerse a este proyecto debe respetarse y su seguridad debe garantizarse mientras ejerzan sus derechos como pueblos indígenas a la autodeterminación”. Lea un resumen del análisis técnico independiente sobre los impactos de la mina de plata Escobal y la obligación de Guatemala de respetar la autodeterminación de Xinka aquí, o lea el resumen completo aquí. La respuesta de Pan American Silver al resumen completo se puede encontrar aquí.

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