Families on the front lines of mining, drilling, and fracking need your help. Support them now!

Getting your Trinity Audio player ready...

Disponible en español a continuación

The Bolivian government has promised that its mining industry will operate with transparency, credibility, and respect for the environment. The case of the community of Totoral Chico in the Ayllu Acre Antequera area, where a group made up predominantly of Indigenous women was attacked by workers from the Avicaya Mining Union on April 5, calls this promise into question. 

Ayllu Acre Antequera is in the Department of Oruro; its biggest industry is mining, which accounts for 27% of its gross domestic product. Oruro also has significant agriculture and manufacturing sectors. At the moment, Mina Bolívar, which belongs to Minera Illapa, a subsidiary of the Canadian mining company Santacruz Silver Mining, operates in the area alongside smaller-scale mining operations. There are three mine worker unions, including Avicaya, that are part of the Syndical Federation of Bolivian Mineworkers and operate in Ayllu Acre Antequera. Last year a new company, Minera Meraki, also illegally entered into the territories belonging to the community of Totoral Chico. According to residents the mining activities in the region have started to destroy their arable land, pastures, and what little is left of water sources. 

In response, community members from Totoral Chico filed a complaint with the Mining Secretary of the Government of Oruro. They are concerned about mining impacts on their water resources, arable land, and pastures, as well as the lack of consultation prior to the start of these activities. 

On April 3, a delegation arrived from the Ministry of the Environment and the Ministry of Mining to investigate. The delegation was met by workers belonging to the three mining unions, who objected to an investigation that was planned without giving them prior notice. The delegation reached an agreement with the mine workers to suspend the investigation planned for that day. It is unclear when or if it will resume.

On April 5, 2024, community members were holding a peaceful blockade against the miners in Totoral Chico when they were attacked by workers from the Sindicato Avicaya, who assaulted them and yelled at them to leave. One woman fainted and had to go to the hospital. Fearing for their safety, 11 women and two children fled to La Paz and Oruro, the departmental capital. The women left without their families, and most have been separated from their children. At least one of the women fled with her daughters, who can no longer attend the local school for fear of the miners.

Community members believe that Sindicato Avicaya’s operations are illegal since they have not presented the required permits for their operations in a transparent and public way, despite requests from the community to do so. According to members of the community of Totoral Chico, they benefit from the protection and support of Santacruz Silver. Santacruz is a Canadian mining company that has operated the Mina Bolívar in the region since 2021 under its subsidiary Minera Illapa. Santacruz bought the mine from Glencore in 2021.

Indigenous communities have the right to be consulted and to consent to any project that takes place on their territories, as is enshrined in the UN Declaration on the Rights of Indigenous Peoples and ILO 169, which Bolivia ratified in 1991. Bolivia also became the first country in the world to adopt UNDRIP into its national law in 2007. Despite this, the members of the community of Totoral Chico have not been consulted regarding the mining operations taking place in Ayllu Acre Antequera, nor have they given their consent for these activities. 

Bolivia’s mining legal framework also does not uphold the international standards it has ratified and adopted. Law 535 of Mining and Metallurgy, which was approved in 2014, defines consultation as a process by which a mining company can reach an agreement with communities to begin operations. This undermines international frameworks and Bolivia´s own constitution, which state that consent processes are mechanisms to uphold and respect Indigenous communities’ right to self-determine what activities will take place in their territory. Bolivia´s mining law urgently needs to be modified to enshrine the right of Indigenous Peoples to provide their free, prior and informed consent throughout the lifespan of a mining project.

At the moment the women from Totoral Chico are demanding that the human rights offices at the national and departmental level guarantee their safe return and freedom of movement. Other members of the community are scared to leave, since the miners have been harassing the community since the attack, setting off dynamite and prohibiting the entry or exit of community members. 

Earthworks joins impacted community members in calling for the Bolivian Government to guarantee the human rights of the community of Totoral Chico, and investigate the harassment and violence perpetrated by the Sindicato Avicaya. It should also investigate the connection between Santacruz Silver and the mine worker unions, such as Avicaya, that operate in the region. At the same time, we support the community’s self-determination and echo the demand for miners to leave the territories of Totoral Chico which belong to members of the Sora Nation of the Quechua Peoples. 

###

El Gobierno Boliviano Debe Respetar la Autonomía de las Comunidades Indígenas

El gobierno boliviano ha prometido que la industria minera va a operar con transparencia, credibilidad y respeto por el medio ambiente. El caso de la comunidad de Totoral Chico en la zona del Ayllu Acre Antequera, donde el 5 de abril un grupo compuesto principalmente de mujeres indígenas fueron atacadas por trabajadores del Sindicato Minero de Avicaya, pone en cuestión esta promesa.

El Ayllu Acre Antequera se encuentra en el Departamento de Oruro; su industria más grande es la minería, lo cuál abarca un 27% de su producto interno bruto. Oruro también tiene importantes sectores agrícolas y manufactureros. Al momento opera en la zona la Mina Bolívar de la empresa Minera Illapa, una subsidiaria de la empresa canadiense Santacruz Silver Mining, junto con otras operaciones mineras de pequeña escala. Hay tres sindicatos mineros que forman parte de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia y trabajan en el Ayllu Acre Antequera, uno de ellos es el Sindicato Minero Avicaya. El año pasado también ingresó una nueva empresa, Minera Meraki, de forma ilegal a los territorios de la comunidad Totoral Chico. Según residentes, las actividades mineras han empezado a destruir las tierras cultivables y de pastoreo, y lo poco que queda de las fuentes de agua.

Dado esto, habitantes de Totoral Chico denunciaron a las actividades mineros a la Secretaría de la Minería de la Gobernación de Oruro. Les preocupa los impactos que la minería tiene para sus fuentes de agua y terrenos de cultivo y pastoreo, además de la falta de consulta indígena antes del comienzo de actividades. 

El 3 de abril llegó una delegación del Ministerio del Medio Ambiente y del Ministerio de Minería para investigar. Pero la delegación se encontró con trabajadores de los tres sindicatos, quiénes se opusieron a su ingreso sin previo aviso. La delegación del gobierno llegó a un acuerdo con los trabajadores de suspender la investigación planeada para ese día. No queda claro cuándo o si se va reanudar.

El 5 de abril integrantes de la comunidad de Totoral Chico estaban en una vigilia pacífica contra los mineros cuando fueron atacadas por trabajadores del Sindicato Avicaya que las agredieron y les gritaron que se fueran. Una mujer se desmayó y tuvo que ir al hospital. Temiendo por su seguridad, 11 mujeres y 2 niños huyeron de la comunidad a La Paz y a Oruro, la capital del departamento. Las mujeres han salido sin sus familias, y la mayoría se encuentran separadas de sus hijos al momento. Por lo menos una de las mujeres ha salido con sus hijas, que ya no pueden asistir a la escuela por miedo a los mineros.

Suponemos que las operaciones del sindicato Avicaya son ilegales, dado que no han presentado de manera transparente y pública los permisos requeridos para sus operaciones mineras, a pesar de los pedidos de la comunidad. Según integrantes de la comunidad de Totoral Chico, gozan de la protección y apoyo de la minera Santacruz Silver. Santacruz es una empresa minera canadiense que ha operado la Mina Bolívar en la región desde el año 2021 bajo su subsidiaria Minera Illapa. Santacruz compró la mina de Glencore en 2021.

Las comunidades indígenas tienen el derecho a ser consultadas y dar su consentimiento sobre cualquier proyecto que tome lugar en su territorio, tal como enmarca la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la OIT 169, ratificada por Bolivia en 1991. Bolivia también fue el primer país en adoptar la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en su ley nacional en el 2007. A pesar de esto, los integrantes de la comunidad de Totoral Chico no han sido consultados sobre las operaciones mineras en el Ayllu Acre Antequera, ni han dado su consentimiento para esas operaciones. 

El marco legal sobre la minería no sostiene los estándares internacionales que Bolivia ha ratificado y adoptado. La Ley 535 de Minería y Metalurgia, aprobada en 2014, define la consulta como un proceso por el cual una empresa minera puede llegar a un acuerdo con comunidades afectadas para empezar sus operaciones. Esto socava los marcos internacionales y la propia constitución boliviana, la cual dice que procesos de consentimiento son mecanismos para implementar y respetar la libre determinación de los pueblos indígenas sobre las actividades que tendrán lugar en sus territorios. Es urgente que se modifique la ley minera de Bolivia para proteger el derecho de los pueblos indígenas al consentimiento libre, previo e informado durante todo el ciclo de vida de un proyecto minero.

Al momento las mujeres de Totoral Chico están demandando que las instancias estatales y departamentales de derechos humanos garanticen su retorno seguro y su libertad de tránsito. Otros integrantes de la comunidad temen salir ya que los mineros han estado hostigando a la comunidad desde el día del ataque, explotando dinamita y prohibiendo la salida o ingreso de integrantes de la comunidad.

Earthworks se une a las demandas de los y las afectados en demandar que el gobierno boliviano garantice los derechos humanos de los integrantes de la comunidad de Totoral Chico e investigue el hostigamiento y violencia por parte del sindicato Avicaya. Además, se debe investigar la conexión entre Santacruz Silver y los sindicatos mineros, como Avicaya, que operan en la región. A la vez, apoyamos la libre determinación de la comunidad, y respaldamos su demanda que los mineros se retiren de los territorios de Totoral Chico que pertenecen al pueblo Quechua de la Nación Sora.